Avanza hacia la independencia energética

[dropcap]E[/dropcap]l Coquí es una comunidad fundada por obreros de la Central Aguirre, orgullosa de sus orígenes afroantillanos, que batalla contra la dejadez gubernamental y la pobreza.

“Déjenme traducir”, fueron las palabras más escuchadas del día.

Aun así, la diferencia de idiomas no fue impedimento para que estudiantes del Departamento de Estudios Urbanos y Planificación del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) intercambiaran exitosas ideas con participantes del proyecto Coquí Solar en la comunidad Coquí de Salinas.

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Esta última es una propuesta que nació en el corazón de la Junta Comunitaria del Poblado Coquí, para independizar su comunidad parcial o totalmente de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).

El Coquí es una comunidad cuyos orígenes se remontan al inicio del siglo 20, con el establecimiento de los obreros de los cañaverales en la periferia de la Central Aguirre. Actualmente cuenta con sobre 3,100 habitantes, orgullosos de sus orígenes afroantillanos, que batallan contra la dejadez gubernamental y la pobreza.

Al principio, el proyecto Coquí Solar se creó como alternativa a las plantas eléctricas cercanas y sus contaminantes efectos en la salud de los residentes. Luego del huracán María, su perspectiva se amplió gracias a organizaciones boricuas y de la diáspora, que donaron fondos y se enrollaron las mangas para colaborar estrechamente con el proyecto solar.

“Coquí Solar es un proyecto que conecta generaciones y que busca crear un sistema energético sostenible, un balance ideal entre ambiente y el ser humano”, explicó Héctor L. Ramos, un joven de 18 años de edad que cursa Estudios Internacionales en la Universidad del Sagrado Corazón: talento que se unió el pasado mes de febrero al grupo de jóvenes que se preparan técnica y socialmente para participar en el desarrollo, montaje y mantenimiento de placas solares en los techos de las casas de la comunidad, pero de forma colectiva.

Ejemplo de ello es el mismísimo Centro Comunal donde se realizó el encuentro con los estudiantes de MIT el pasado 1 de septiembre. Esta instalación ya genera 5.2 kilovatios de energía con placas solares, suficiente para satisfacer la demanda eléctrica de la estructura comunitaria.

Al proyecto se unió la organización Iniciativa de Ecodesarrollo de Bahía de Jobos (IDEBAJO), la cual ha servido de facilitador para que otras entidades y universidades, como el Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico (UPR) apoyen de diversas maneras la gestión solar comunitaria.

Y precisamente, a través del contacto con la institución mayagüezana es que el profesor David Hsu, catedrático asociado en el Departamento de Estudios Urbanos y Planificación de MIT, comenzó a colaborar el pasado año con Coquí Solar junto a sus estudiantes.

“Hay un historial dentro de nuestro departamento de trabajar con ciudades que han sufrido de alguna manera a través de un desastre como Katrina en Nueva Orleans, y también en Nueva York con el huracán Sandy. Entonces, después de María, nuestro departamento decidió hacer algo para ayudar a Puerto Rico de alguna manera”, explicó Lili Bui, de 30 años, una de las alumnas de Planificación enfocada en la reducción de riesgos a desastres.

La universitaria oriunda de California, y quien ha colaborado desde el inicio en la gestión del MIT con Coquí Solar, comentó que recurrieron a antiguos colaboradores en la UPR para concretar su ayuda.

“Hicimos una conexión de nuevo para preguntar lo que podíamos hacer. En ese momento surgió la idea de esta clase y colaborar con la universidad para hacer algo”, recalcó Bui.

Por su parte, la mexicana Jessica Quezada, de 25 años, quien estudia una maestría en Planificación Urbana en MIT, destacó que colaborar con Coquí Solar es parte de su interés en temas de energía solar, renovables, resiliencia y trabajo comunitario.

“El semestre pasado fue más a nivel de Puerto Rico: cómo estaba la situación y qué se necesitaba en cosas de energía. Ya ahorita nuestro enfoque va a ser el proyecto de Coquí Solar. La idea es tener este proyecto, ayudarlos a que tengan un plan más claro, ayudarlos en el financiamiento, y que a lo mejor esto sirva como experiencia para que otras comunidades puedan hacer algo parecido”, comentó Quezada.

La propuesta de Hsu y sus estudiantes es ayudar a los participantes de Coquí Solar a crear un Plan Técnico y Económico, que impulse la realización del proyecto solar, y conseguir financiamiento para el mismo.

En otra fase de su propuesta se estarían estableciendo paneles solares y baterías en 40 viviendas de la comunidad, que funcionarían como centro de ayuda a los demás residentes en caso de emergencias. En etapas posteriores se podría ampliar a 700 o 1,000 residencias estos paneles y baterías.

Las estudiantes del MIT aclararon que no pretenden ser autoridades en el proceso, sino más bien facilitar la discusión y traer opciones.

“No es como llegar y decirte esto es lo que tienes que hacer, sino qué es importante para ti y qué yo puedo aportar de mi experiencia técnica. Darle como un rango de opciones para que la comunidad decida. Esto me parece bien, esto no, qué cosas se podrían cambiar”, dijo Jessica Quezada.

De igual forma, Carmen M. de Jesús Tirado, participante de Coquí Solar, expresó la necesidad de tener colaboradores en el proceso, pero que la comunidad sea quien asuma su responsabilidad en el desarrollo del mismo.

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“Estamos conscientes que no poseemos todas las herramientas y estamos abiertos a todas las posibilidades. Es nuestro enfoque estar abiertos a tener colaboradores porque los necesitamos, pero eso es por cierto tiempo. No va a ser eterno. Queremos romper ese paradigma [de la dependencia], que de alguna forma u otra nos ha traído hasta aquí. Queremos eliminar la dependencia de los demás”, manifestó De Jesús Tirado.

En este encuentro también participaron Oscar Ojeda Cana, estudiante de Microbiología en el RUM y miembro del Instituto Nacional de Energía y Sostenibilidad Isleña (INESI), Rocío Ortiz Sepúlveda, estudiante de arquitectura de UPR Río Piedras, David M. Hughes, profesor de Antropología en la Universidad de Rutgers de Nueva Jersey y Adam Hasz, quien trabaja en el Departamento de Energía Federal en el área de Eficiencia Energética y Edificios Verdes.

Al finalizar el encuentro, el profesor Hsu y sus estudiantes se comprometieron a volver pronto para continuar con la conversación y el trabajo.

Fuente: periodicolaperla.com

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